Después de los resultados de la última jornada, en la que nuestros representantes acabaron con dispares marcadores, ambos continúan ocupando el último puesto de sus respectivas categorías cuando ya se encaran los tres últimos meses de competición.

La victoria del equipo masculino de Tercera por 2-0 ante el Lagun Artea demostró que cuando los chicos se sueltan y juegan sin urgencias ni obligaciones (debut de Mikel González), porque para muchos ya todo parece perdido, pueden producirse situaciones propicias en las que salir airoso ante un rival que tampoco demostró ser nada del otro mundo, ni ser mejor.

Con 13 partidos por delante, el equipo de David Marcén se aferra a las matemáticas para conservar el optimismo y la esperanza en conseguir salvar una situación más que complicada, y que además no depende de lo que ocurra sólo en la Tercera, sino también de lo que suceda con los equipos navarros que militan en la Segunda B. A las tres plazas de descenso de Tercera a Regional Preferente, pueden unirse tantas como equipos navarros acaben bajando de Segunda B a Tercera. Actualmente Izarra, Osasuna Promesas y Peña Sport corren serio peligro de descenso a Tercera, lo que acarrearía un movimiento en cadena que podría arrastrar a otros tres equipos de la Tercera a la Preferente.

Los amarillos están a tiempo de reconducir su situación en este tiempo. Tienen siete partidos ‘en casa’ y esos 21 puntos se antojan imprescindibles para mantener la ilusión de continuar un año más en esta categoría. De momento, el próximo sábado reciben en las instalaciones de Lagunak a Oberena, un equipo de mitad de la tabla que ha caído en la pasada jornada en su terreno ante el Aoiz (0-1), uno de los equipos en puesto de descenso, y que no atraviesa por su mejor momento de juego.

La otra cara de la moneda del pasado fin de semana la protagonizó el conjunto femenino de Álvaro Meoqui. La visita al Atlético de Madrid se presentaba muy difícil, y así fue.

A pesar de adelantarse Lagunak en el marcador en los primeros segundos del partido con un gol de Maider Irisarri, las rojiblancas acabaron imponiéndose por un contundente 6-1 y cortaron de cuajo las pocas esperanzas navarras de salir victoriosas del Cerro del Espino madrileño, y así conservaron su segunda posición de la tabla.

A falta de nueve jornadas del final, las amarillas deben sumar al menos seis victorias y esperar que sus dos máximos rivales Collerense y Llanos de Olivenza no incrementen su cuenta de puntos. Difícil, complicado aferrarse a esas cuentas, pero no cabe otra. Hay partidos, hay puntos y mientras las matemáticas no digan otra cosa, habrá que agarrarse a ese clavo ardiendo.

El próximo domingo Lagunak recibe la visita del Valencia, decimotercer clasificado y rival que puede meterse en líos si pincha.

Será un interesante fin de semana.