A nadie se le escapa la situación de crisis institucional y deportiva por la que atraviesa el club y más concretamente la sección de fútbol, una de las más representativas (si no la que más) de la entidad berinianense. A los descensos a Segunda división del primer equipo femenino y a Regional Preferente del equipo masculino, a la posible desaparición del Regional femenino después de lograr el título liguero y no poder ascender a Segunda, entre otras desgraciadas campañas de otros equipos nuestros, se le ha sumado el proceso electoral en el que está sumida la sección de fútbol tras el inicial anuncio del coordinador general y de su sociedad Kanugal de dejar su labor el día 1 de junio por serias discrepancias con la presidencia.

En el aspecto deportivo, las cosas no han marchado bien, esa es la verdad, aunque un aporte extra de apoyo presencial, de ánimo moral y de liquidez económica a su debido tiempo no habría venido nada mal (¿para cuándo se guardaba?), al menos para que los y las futbolistas hubieran sentido el aliento testimonial de la institución en sus espaldas, aunque eso solo no hubiese servido para ganar partidos, cierto. No sólo han sentido el vacío de apoyo institucional los equipos de fútbol, sino que también otras secciones deportivas lo han echado en falta durante la temporada, según las propias declaraciones del presidente. En este sentido, a nadie le pueden convencer las excusas de tener otros compromisos y “quehaceres diarios” que le han impedido estar presente en los partidos de sus equipos, ya fuesen en casa o fuera. Eso de “El dejar hacer creo que es una buena muestra de apoyo” es una visión muy subjetiva y particular de ánimo incondicional a sus propios deportistas. No concibo esa misma muestra de apoyo a ningún presidente de equipos de Primera, excepto al del R. Zaragoza Agapito Iglesias, que está como está, y algún otro jeque adinerado al que bien poco o nada le importa su equipo.

En cuanto al proceso electoral (proceso de elección, del verbo elegir: Escoger, preferir a alguien o algo para un fin), la situación no pinta mejor. La sección de fútbol se halla inmersa en una espiral de acciones represaliadas orientadas (aunque no definidas debido a las múltiples aristas del caso) a un final previsto de antemano desde el centro de decisiones.

En esas acciones represaliadas entre las dos candidaturas presentes habría que incluir la toma de decisiones drásticas por parte de un miembro de la Junta, a su vez entrenador (que expulsó a dos compañeros entrenadores), y valido de un futurible coordinador, al que se delegaron unas funciones que todavía son competencia de la sociedad Kanugal hasta el 31 de mayo, la respuesta también drástica e inmediata de Kanugal hacia ese miembro de la Junta y entrenador que se extralimitó en sus decisiones deportivas expulsándole de su actividad técnica, la contrarrespuesta del presidente autorizando por escrito a ese individuo a retomar los entrenamientos con su equipo pasando por encima de la decisión deportiva del coordinador general, el anuncio del regreso de Kanugal y la apelación a la alcaldía de Barañáin, penúltimo paso del asunto, para tratar de reconducir este entuerto político-deportivo a unos cauces de cordura, transparencia y democracia.

No es una buena tarjeta de visita la que se está proyectando de la Sociedad Deportiva Lagunak fuera de nuestro entorno al estar siendo empañada por un tinte oscuro de marcado carácter político y tampoco es un buen aviso el anuncio de las subidas en las cuotas deportivas para la próxima temporada, sobre todo porque no serán para mejorar el servicio de materiales para uso de los futbolistas.

En este sentido, las palabras de José Javier Echeverría, entrenador del equipo de Tercera división, sirven para ilustrar desde la perspectiva que le proporciona la distancia la situación tan enconada que vivimos y que algunos aún desconocían por diferentes causas.

Un saludo, y aupa Lagunak

Fragmento de la entrevista con José Javier Echeverría:

Lo peor de esta temporada

Tengo la sensación de que todo el final ha sido muy triste, en lo que es el aspecto institucional. Ha sido muy triste por cómo se ha llevado por los antiguos gestores, por los intermedios y por los que van a venir. Ha habido muchas deficiencias y en una institución como Lagunak se podían haber hecho mucho mejor las cosas.

¿Cómo estás viviendo este periodo de transición en la gestión deportiva de la sección de fútbol?

Creo que se equivocó Kanugal echando un pulso pensando que después de ellos, la nada. Luego, el ayuntamiento o la sección de deportes tomó la decisión acertada de no esperar a agosto a la nueva candidatura para atar el tema de entrenadores, me pareció bien, pero la sensación que tengo es que esas personas no están actuando de una manera imparcial sino que le están haciendo el trabajo a una de las dos candidaturas. Me han decepcionado y no porque no me hayan cogido a mí, sino porque las decisiones de los entrenadores que están poniendo y no están poniendo vienen marcadas por los deseos de la persona que va a coger el club. Creo que ahí se han equivocado.