No estamos aún a mediados de febrero y ya podemos decir que nos presentamos ante la primera final para las futbolistas del equipo de Segunda división, nuestro máximo representante del fútbol de Lagunak.

El domingo a las 12:00, Lagunak recibe la visita del San Juan, un equipo vecino que tampoco es que tenga muchos argumentos para lanzar cohetes, la verdad, pero sus 19 puntos (5 por encima del descenso) les otorgan una cierta y relativa tranquilidad para afrontar el tramo final de la competición con menos apuros que las amarillas.

Este primer derbi en Barañáin (Osasuna vendrá en abril) toma tintes dramáticos a medida que se acerca la hora y se antoja clave en el devenir no sólo del equipo, sino también del fútbol femenino en la entidad berinianense, que podría verse abocada a sufrir la desaparición de uno de sus equipos en caso de producirse el descenso a la Regional.

La trayectoria deportiva tan lamentable desplegada durante las dieciséis jornadas disputadas en la Segunda división femenina nos ha llevado a esta situación de urgencias y de necesidades a falta de 10 partidos para terminar la temporada (7 puntos por debajo de la salvación). No es el momento (ya habrá ocasión) de analizar las causas de estar así ahora sino de tratar de afrontar estas finales con fuerza, con optimismo, con entrega y con dedicación, tanto por parte de las jugadoras (principales implicadas en el asunto), como por parte de los técnicos, directivos y aficionados. Toca "remangarse", como dijo el coordinador general, Javier Rodríguez Murugarren, y empujar todos en la misma dirección y en el mismo sentido.

Contra el San Juan es la primera de las diez finales, pero inmediatamente llega otro partido vital contra el último clasificado, Mondragón. Son dos partidos seguidos en casa que, de sacarlos adelante, supondrían un espaldarazo enorme para levantar la moral del equipo y del entorno. Seis puntos que valdrían su peso en oro para acercarse a la permanencia. Y sobre todo, una inyección de positivismo vital para recuperar la esperanza, la credibilidad y la confianza de cara al futuro, tan incierto ahora mismo.

Ya tocará pedir responsabilidades cuando llegue el momento oportuno.

Ahora quedan 10 finales y dos de ellas son derbis, y como dijo aquel... Las finales hay que ganarlas.